Padre de Wilton Bautista aún recibe ayuda psicológica tras su pérdida. El joven falleció durante la tragedia en la discoteca Jet Set el 8 de abril.
En el sector Mirador del Ozama se escucha el grito angustiado de Manoso Bautista, conocido por los vecinos como Ramón. Él es el padre de Wilton Bautista, quien perdió la vida durante la tragedia ocurrida en la discoteca Jet Set la madrugada del martes 8 de abril.
Esa noche, Rubby Pérez interpretaba sus merengues ante una multitud. La familia de Wilton no sabía que él estaba presente en la fiesta.

Tampoco imaginaron que su nombre aparecería en el listado oficial del Centro de Operaciones de Emergencia (COE). Su hermano Ramoncito dijo: “Él no solía ir a discoteca”.
Aquella noche, Wilton decidió asistir al evento porque un compañero de trabajo celebraba su cumpleaños. El lugar es conocido por sus tradicionales “lunes merengueros”, que atraen a muchas personas cada semana.
Ramoncito, hermano mayor de Wilton, explicó que desde el día de la tragedia, su padre no ha sido el mismo. Han pasado ya varias semanas y sus dolencias físicas han empeorado. Además, su estado emocional también ha cambiado visiblemente.
Ramón ahora asiste al psicólogo con frecuencia. Él considera que Wilton era “su mano derecha”, y desde su partida ha necesitado acompañamiento emocional. Su esposa lo apoya constantemente, brindándole consuelo durante este proceso.
Wilton era el tercero de cuatro hermanos y tenía dos hijos. Se graduó de contabilidad en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), lo que le permitió conseguir un mejor trabajo. Gracias a eso, pudo convertirse en gerente en una ARS y mejorar su calidad de vida.
Con su nuevo empleo, también ayudaba más a su padre. Su hermano recordó: “Él siempre le llevaba que la libra de arroz, el pollo (…) Siempre iba para estar con los viejos”.
En la sala de la casa familiar, una imagen de Jesús con los brazos abiertos parece observar desde un mueble. Esta figura está sobre una pequeña mesa en una esquina del hogar. Según la simbología cristiana, representa a Jesús salvando y levantando con los brazos abiertos.
Esa salvación emocional es precisamente lo que anhela Ramón. Él busca consuelo en su fe, mientras intenta sobrellevar este nuevo golpe que ha afectado profundamente a su familia.

No es la primera vez que Ramón sufre la pérdida de un hijo. En 2007, uno de sus hijos también falleció tras salir de una discoteca. Sin embargo, nunca se supo más detalles del caso, convirtiéndose en el primer dolor de esta familia.
Hoy, la memoria de Wilton permanece viva en el hogar. Su presencia se siente aunque físicamente ya no esté. Su hermano mayor conserva el carnet de trabajo de Wilton como recuerdo de quien fue: un hombre estudioso, trabajador y profundamente bueno.