Ana Beatriz, hija de Rubby Pérez, cantó en su homenaje en el Teatro Nacional y emocionó al país con un gesto que honra el amor entre padre e hija.

Santo Domingo.– La mañana del jueves en el Teatro Nacional Eduardo Brito fue un momento que nadie olvidará. Ana Beatriz, la hija menor del querido merenguero Rubby Pérez, subió al escenario para rendirle un homenaje muy especial a su papá.

Con tan solo 15 años, cantó la misma canción que había interpretado junto a él en su fiesta de quince años, celebrada el pasado 21 de marzo.

La escena fue profundamente emotiva. Ana Beatriz, con voz tierna y triste, se presentó acompañada por sus familiares. Frente a un público lleno de artistas, políticos y personas del mundo cultural, logró tocar los corazones de todos con su canto lleno de amor y recuerdos.

Esa canción, que antes representaba una celebración de cumpleaños, ahora se convirtió en un símbolo de despedida y cariño eterno.

Rubby Pérez falleció el 8 de abril en el trágico colapso del techo de la discoteca Jet Set, en Santo Domingo. Desde entonces, el país ha estado de luto por la pérdida de uno de los más grandes íconos del merengue.

Durante el homenaje, organizado por el Ministerio de Cultura, su hija ofreció una de las escenas más conmovedoras del acto solemne.

El evento empezó a las 10:00 de la mañana y fue presidido por el presidente Luis Abinader y la primera dama Raquel Arbaje.

También estuvieron presentes muchas figuras conocidas, como el ministro de Cultura, Milagros Germán; el cantante Juan Luis Guerra; la diputada Betty Gerónimo y el ministro Tony Peña Guaba. Todos se mostraron visiblemente emocionados por el valor y la fuerza de Ana Beatriz.

Mientras cantaba, el silencio en el auditorio era total. Nadie quería interrumpir ese momento tan íntimo y especial. Cuando terminó, el público le respondió con una fuerte ovación, reconociendo su valentía y el gran amor que tiene por su padre.

Después de bajar del escenario, la joven se abrazó con sus seres queridos, recibiendo apoyo y consuelo. La escena dejó una huella en todos los presentes, demostrando que el amor entre un padre y su hija puede ser tan fuerte que ni la muerte lo rompe.

Desde ese momento, esa canción ya no es solo una parte de una fiesta de cumpleaños. Ahora es un recuerdo que une a una familia con su ser querido, y a un país con su ídolo.

La interpretación de Ana Beatriz no solo honró la memoria de Rubby Pérez, sino que también mostró al mundo el poder del amor familiar y la fortaleza del corazón de una joven que, a pesar del dolor, decidió cantar.