“Si algo me pasa, responsabilizo a la familia Espaillat”, expresó con voz temblorosa Gregory Adames Arias, quien trabajó en el centro de entretenimiento Jet Set. Sus palabras fueron compartidas mientras narraba con detalle lo que vivió durante y después del colapso ocurrido el 8 de abril.
Gregory rompió el silencio luego de casi dos meses de mantener un proceso de recuperación emocional. En su relato, dejó ver el impacto que los hechos han tenido en su bienestar físico y psicológico. Indicó que ha perdido motivación para continuar su rutina diaria y que se siente sin la energía que solía tener. “No tengo ánimo de trabajar, ya no tengo esa fuerza que tenía antes”, confesó, dando muestra del daño emocional que le ha dejado la experiencia.
Durante su testimonio, Gregory mencionó con respeto a los compañeros que ya no están. Resaltó que no solo quienes asistieron como público fueron afectados, sino también quienes trabajaban en el lugar. Subrayó que varios de los empleados presentes esa noche se encontraban allí por motivos económicos.
“Todos los empleados que fallecieron estaban allí porque tenían una familia que mantener”, expresó. Criticó que no se haya dado mayor atención a la situación de los trabajadores, quienes, según señaló, han sido marginados durante el proceso de investigación y en la cobertura pública del hecho.
Manifestó que, en su opinión, tanto las autoridades como los medios han enfocado su atención en los invitados a la fiesta de Rubby Pérez, mientras han pasado por alto el sufrimiento de los trabajadores que eran parte cotidiana del centro de entretenimiento. “Nosotros vivíamos de la propina. El Jet Set era una fuente, pero quienes nos daban de comer eran los clientes”, explicó.
Durante la entrevista, Adames Arias también expresó que tomó la decisión de hablar porque cree que podría ocurrir otra tragedia. Señaló que tiene preocupaciones sobre su seguridad personal y familiar. En ese sentido, volvió a hacer una acusación directa: responsabiliza a la familia Espaillat si llega a pasarle algo.
Explicó que ha contado con el apoyo constante de su esposa y su hijo en este tiempo, aunque reconoce que las memorias de lo vivido siguen presentes. “A veces veo algo en el teléfono y quiero enviárselo a alguien que amaba mucho, pero me acuerdo que ya no está”, dijo entre lágrimas.
Estas declaraciones se dieron a conocer en medio del proceso judicial en curso. El Ministerio Público ha ejecutado órdenes de arresto contra Antonio Espaillat y su hermana Maribel Espaillat, propietarios del Jet Set, como parte de la investigación relacionada con el colapso del establecimiento, el cual provocó la pérdida de 236 personas y dejó a más de 180 con distintas lesiones.
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